viernes, 23 de noviembre de 2012

Era Ácida



A mediados de la década de los sesenta, la juventud urbana de Nueva York, Los Ángeles y San Francisco se aventuraba en el descubrimiento de nuevas experiencias que, en el ámbito musical, iban a culminar en un tipo de rock duro y agresivo. Una nueva filosofía se extendía entre los jóvenes; la conquista de la libertad pasaba por la puesta en práctica de una actitud vital diferente, inclinada a la armonía con la naturaleza, la práctica del amor libre, el rechazo de la violencia o el empleo de sustancias estimulantes de la mente.
Entre los representantes del rock ácido cabe destacar especialmente dos grupos: los Jefferson Airplane y los Grateful Dead. La primera de estas formaciones desempeñó un papel fundamental en la popularización del movimiento, gracias a sus numerosos conciertos. Si Janis Joplin no hubiera existido, su agresiva vocalista, Grace Schlick, se habría alzado con el primer puesto entre las voces femeninas del género.
La onda psicodélica de California se extendió por el área de influencia del rock. En el este de los Estados Unidos surgió un tipo de música áspera y violenta, que tuvo en Nueva York su centro fundamental. Notables representantes de esta orientación fueron los Velvet Underground, surgidos alrededor del artista Andy Warhol. Aunque tuvieron una vida efímera, de sus filas salió Lou Reed, creador de atmósferas opresivas, cantor del lado oscuro y salvaje de la realidad. Atormentado y neurótico, Reed forjó parte de su leyenda con su morbosa relación con la heroína. Si la marihuana y el LSD habían significado una revolución en los hábitos creativos de los músicos de rock y habían generado nuevas visiones de la realidad, la heroína iba a causar estragos en los últimos años del sueño californiano.




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